martes, 1 de abril de 2008

El gobierno del "Yo no sé"

Desde el inicio de su mandato el 15 de enero de 2007 el presidente Rafael Correa ha respondido a los cuestionamientos de sus opositores y de la prensa con dos argumentos: o la diatriba encendida o el esquive dialéctico a través de su cada vez más frecuente salida: "Yo no he sido informado de ese tema".


Resulta curioso, por usar un término piadoso, que un presidente que exhibe un carácter autoritario y abarcador, que no admite que "se mueva una hoja" del frondoso árbol burocrático que ha sembrado, sin que él lo sepa, al más puro estilo Pinochet, a quien asegura detestar pero imita en muchas de sus actitudes cuando no puede justificar su inopia, exclame con aire de inocencia: Yo no sé de lo que me hablan.


Así aseguró no conocer a Floresmilo Quinto Pazmiño, el "cineasta" de los "pativideos" luego del bochornoso episodio de la negociación extraña entre aseguradores de papeles de la deuda externa y el ministro de Economía, Ricardo Patiño, aunque luego, ante las evidencias, debió admitir que había sido su lugarteniente en la campaña electoral y por eso lo había premiado con un cargo de asesor con un sueldo de 3.200 dólares mensuales.

Cuando las lluvias arreciaron en el Litoral ecuatoriano, arrasando carreteras, cultivos, viviendas y seres humanos, Correa dijo no haber sido advertido por los organismos pertinentes, aunque, para su mala suerte, un alto funcionario del Instituto Ecuatoriano de Meteorología e Hidrología, en el programa Contacto Directo, de Ecuavisa, demostró con documentos que el presidente y los ministros involucrados sabían que llegaba un fuerte invierno y que era menester adoptar recaudos urgentes para evitar un desastre. Ya se sabe que ni antes ni después de las inundaciones el Gobierno del presidente Correa ha hecho absolutamente nada.

Pudiera seguir citando muchas de las "verónicas" y "manoletinas" a que ha apelado este "matador", pero las que se han producido desde el ataque de Colombia al campamento de las FARC en nuestro territorio son para colección.

Por ejemplo, el presidente "no sabía nada" acerca de un campamento de la guerrilla en Angostura, levantado sobre dos hectáreas de terreno selvático que, se supone, es monitoreado por nuestras Fuerzas Armadas. En el gobierno del "Yo no sé" nadie conocía nada, ni siquiera Inteligencia Militar, tan eficaz para controlar a los asambleístas al punto de inventar la cómica historia del "Hombre del maletín", presentada con toda fanfarria por el propio presidente con coreografía y todo. Cuando se reveló que este sainete había sido montado por el Jefe de Inteligencia del Ejército, el presidente Correa y el ginecólogo que oficia de ministro de Defensa salieron a afrontar el mal paso en coro: "La presidencia y el ministerio no sabían nada. Probablemente el capitán Martínez obró por su cuenta, sin conocimiento de los mandos militares".

Cuando se reveló que uno de los fallecidos en el ataque del Ejército colombiano era el ciudadano ecuatoriano Franklyn Aisalla y empezó a hablarse de su vínculo con las FARC, el comandante general del Ejército, general Guillermo Vásconez sostuvo públicamente que las Fuerzas Armadas no conocían nada sobre esas relaciones (El Universo, marzo 24 de 2008).


Al día siguiente de esta afirmación, salió el ministro de Defensa, Wellington Sandoval, a desmentir al general Vásconez para revelar que la Inteligencia Militar (éste nombre no es una broma) seguía los pasos de Aisalla desde 2003 y que fue esta pesquisa la que permitió dar, en enero del 2004, con el paradero de Ricardo Palmera, @ Simón Trinidad, capturado en Quito el 2 de enero de 2004. Dijo, además, que desde 2005 la investigación de Aisalla había pasado a manos de la Policía.

El sábado 29 de marzo El Universo insertó en su portada una nueva declaración del ginecólogo Sandoval, devenido ministro de las Fuerzas Armadas por esos milagros de la "Revolución ciudadana". Con cara de "Yo no sé" el ministro sostuvo que los militares nunca informaron a Correa de las vinculaciones del difunto Aisalla con las FARC. En otras palabras, el presidente Correa no sabía una palabra de las andanzas del muerto.

El mismo día 29, en el mismo diario, aparece la flamante canciller, María Isabel Salvador, con su propia versión del "Yo no sé" al sostener que su despacho nunca recibió de Inteligencia Militar informe alguno sobre Franklyn Aisalla. "Tengo un diálogo constante con el ministro de Defensa pero no fui comunicada de ese asunto" dijo la modélica María Isabel.

Ocurre que mientras el presidente, el ginecólogo, la canciller y el comandante general del Ejército no sabían de este compatriota trágicamente fallecido, un modesto fiscal de Quito reveló ayer que en mayo de 2007 se inició una indagación fiscal contra Franklyn Aisalla y otro ciudadano, detenidos por denuncia del jefe de seguridad del ministro de Energía, Alberto Acosta, hoy presidente de la Asamblea Constituyente. En el vehículo sin placas que conducía Aisalla se encontró un CD con propaganda de las FARC y material de propaganda. La indagación fue caratulada como presunto "delito contra la seguridad del Estado".

De todo esto, cabe una interrogante: ¿En manos de quién está la seguridad del Estado? ¿De las Fuerzas Armadas que afirman no haber sabido nada del ataque al campamento de las FARC porque los radares estaban apagados o descompuestos? ¿Del pomposo ministro de Seguridad Interna y Externa que admitió haberse reunido con "Raúl Reyes"? ¿De la Inteligencia militar que no supo de un campamento de dos hectáreas donde se realizaban ruedas de prensa, se recibía invitados y se organizaban farras? ¿Del presidente, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, y de su ministro de Defensa que confiesan ignorarlo todo?

Y para terminar les doy otra muestra. Ayer la cancillería admitió que un helicóptero ecuatoriano, "por una equivocación de navegación aérea, sobrevoló sin autorización por pocos minutos el espacio aéreo colombiano". Una declaración diplomática destinada a bajar los decibeles de la disputa en que están empeñados el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, quien aspira a un tercer mandato para lo que necesita una reforma constitucional, y el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, quien necesita una nueva Constitución que le permita la reelección por primera vez. Dos presidentes agitando el "patriotismo" con fines electorales.


Hoy, cuando los medios internacionales, entre ellos la agencia española EFE, le preguntaron al ginecólogo su opinión sobre el sobrevuelo del helicóptero, éste puso cara de ingenuo y preguntó: ¿ De qué helicóptero me están hablando?. Luego de esbozar una sonrisa torpe, movió la cabeza de un lado a otro y expresó, como de costumbre: "Señores periodistas, yo no sé nada".